Luis (nombre ficticio), 22 años, tenía un buen trabajo y desde los 17 manejaba su propia cuenta en el banco. Por su profesión, deportista profesional, saltaba de Córdoba a Burgos o Soria. Lo primero en que pensaba en una nueva ciudad era dónde estaba el salón de juegos. No tenía que dar explicaciones a su familia hasta que tocó fondo.
En una noche podía perder 5.000 euros. Llegó a vender su Play, su Ipad y su teléfono para poder apostar. Luis es uno de los jóvenes en tratamiento en Acojer, la asociación pionera en Andalucía de jugadores en rehabilitación. La adicción al juego online o en casas de apuestas se han incrementado un 25 por ciento en el último año y cada vez a edades más tempranas. PARA LEER NOTICIA COMPLETA HACER CLICK AQUÍ. PUBICADO POR Pilar García Baquero EN EL ABC DE CÓRDOBA
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